Y del Sol queremos nacer
DOI:
https://doi.org/10.7764/ESLA.62083Abstract
Y del sol queremos nacer. Y al sol queremos volver. Penetrante es la pregunta. Y la explicación es siempre un balbuceo. Volvemos a lo mismo Y en el instante de la partida, quebramos los pedazos. Debe ser por eso que entrevemos el destino, y nos disponemos frágiles. Del horror y las cirscunstancias surgen disímiles las antorchas del Olimpo. Enterramos todo lo entrerrable y todo vuelve a crecer. Nos deleitamos en esoñamientos. Y trajes de sables vuelven a su sitio. Yo prefiero la vulgaridad, sobre todo la vulgaridad. Me postro ante ti, oh señor, y decido ni lo uno ni lo otro. Paso las sombras y me derrito para fortalecer la sangre. Es la sangre lo que brota de mis pertenencias. Y quiero enternecer lo enternecible. Despeño y acuno, y en la verdad de todo, de todo lo muerto y todo lo llano, Escribo una ligera cirscunstancia, de miles y miles de miles. Es para beber que llueve por primera vez. Y no te confundas de lecho cuando quieras descanzar. No es en futuro noble e indemne donde no entran los fantasmas. Es Gloria y padecimiento. Es tragedia y destino, es inclemencia del tiempo. Y no por retribuir se huye ni se encaja ni se mata. Pareciera mortal. Pero no lo es. -A propósito de “The Tree of Life”, Invierno 2013.
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